Tu cuerpo y tú

Me podríais tachar de loco si os digo que es fundamental escuchar a nuestro cuerpo y más aún interpretar correctamente lo que nos dice. 

Hay algunas sensaciones que no son tan terribles como parecen, ¿habéis sentido alguna vez que nada más empezar ya no podíais más? ¿Y habéis cometido el error de parar? Pues esto, son artimañas de tu cuerpo para hacerte creer que tienes que parar. Continuamente se da esta sensación y para los que la conocemos, nos parece normal y la llamamos calentamiento. El músculo se empieza a activar, él mismo se protege de la “amenaza” que le hemos creado y tras prepararse bien, nos da toda suenergía para trabajar. Y para los que no la conocéis tanto, podéis llegar a pensar que es el fin de vuestro entrenamiento, que ya habéis hecho bastante :)


Un ejemplo muy claro de que el cuerpo se defiende ante un estímulo inesperado es la apnea, la mayoría de los mortales no lo hemos llegado a probar pero, quién no ha tenido la sensación de ahogo en el agua y ha salido corriendo diciendo: “Uff, 5 segundos más y me ahogo”. Eso también es un acto reflejo del cuerpo, que cuando nota la falta de oxígeno te fuerza a que pienses que te vas ahogar. ¿Qué pasaría si aguantáramos un poco más y nos relajáramos? El cuerpo durante unos segundos se relajaría y disminuiría la necesidad de oxígeno, dando un estado de tranquilidad y calma bajo el agua, que no muchos hemos vivido. En este estado se aconseja no aguantar más de 4-5 segundos y tomar aire. *
Lo primero que debemos tener en cuenta es que nuestro cuerpo, que es más listo que todos nosotros juntos, no está preparado para hacer ejercicio como algo natural. Cuando lo fuerzas, él dice: “Eh! ¿Qué me está pasando? ¡Esto tiene que parar!”. Entonces pone en marcha el plan de defensa para frenarte: empezamos a sentir que nos falta el oxígeno, que los músculos se contraen… Y pensamos que estamos muy muy cansados.
Sin embargo, si tú eres capaz de decirle: “Aguanta, ahora no podemos parar”, poco a poco pasamos la barrera de confusión y nuestro cuerpo resiste. Éste es el momento en el que tenemos todas las fuerzas del mundo para seguir adelante y hay que aprovecharlo.
Pasado un tiempo (dependiendo del nivel físico), los músculos se van quedando sin fuerza. Cuando realmente nuestro cuerpo ya no puede más, se dirige a ti bloqueando los músculos para que te pares y no te lesiones. Ahí es donde debemos parar.
Conclusión: Escucha tu cuerpo, aprende a interpretar sus reacciones y, sobre todo, a conocer sus límites para traspasar las barreras y superarte poco a poco. Muchas veces cuando decimos (y lo decimos mucho), “no puedo más!!”, siento deciros que podéis mucho más, el cuerpo mejora cuando se supera a sí mismo. Si entrenamos siempre la misma distancia, mismos ejercicios o la misma intensidad no conseguiremos avanzar, de ahí la importancia de entrenar con un entrenador, con un plan guiado o hacerlo con un compañero para que os animéis entre vosotros.
por Brian Sanchez.

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